Casi todos
hemos estado a dieta en algún momento, pero la falta de constancia, de fuerza
de voluntad, de tiempo, de esperanza o llámalo equis, nos ha condenado a no
adelgazar nada o recuperar los pocos kilos perdidos en un santiamén. 'Pues
Futanita de tal hizo ese régimen y buah, ¡adelgazó como 12 kilos!'. Genial,
felicidades para ella pero ¿y a ti por qué no te funciona?
Olvídate de
excusas del calibre 'es que a mi me engorda la lechuga' o 'lo que pasa es que
estoy haciendo músculo y por eso no bajo de volumen aún'. La dieta no te ha
servido de nada y si has perdido algo es tiempo y dinero en productosadelgazantes y en seguir los valiosos consejos de la gente que sí está
adelgazando (muchas veces sin tan siquiera quererlo, bravo).
Probablemente
es que lo estés haciendo mal y hayas cometido algunos de los seis terribles
fallos que la doctora Sally Norton ha recopilado en el Daily Mail para que
conozcas de una vez por todas por qué tu dieta no está funcionando.
Es por tiempos cortos, no un hábito
Para ti
hacer dieta es cambiar el chóped por el pavo pero solo un ratito, y esto no
funciona así. Tienes que concienciarte de la importancia de cambiar tus hábitosalimenticios: “Ponerse a dieta es una solución rápida que puede funcionar en el
corto plazo, pero así no haces frente a las verdaderas razones por las que
engordas”, comenta la especialista en nutrición y dietética.
Si tu dieta
supone un cambio importante en tu forma de comer, así como en el tipo de
alimentos que suelen ocupar tu menú semanal, los kilos que quieres perder se
terminarán haciendo más fuertes a largo plazo. En cuanto dejes de comer lo que
establece el régimen escogido recuperarás en menos que canta un gallo el peso
que habías perdido (e incluso más).
“En lugar de
pensar en lo que comes, piensa en cuándo, dónde y por qué lo comes”, explica
Norton quien recomienda hacer un ejercicio mental para averiguar cuál o cuáles
son los hábitos alimenticios que tenemos y que nos impiden adelgazar. Por
ejemplo, si en tu casa le das a la fruta y la verdura pero no dejas de engordar,
quizás tu perdición esté siendo la máquina expendedora del trabajo o el tapeo
que haces por las tardes. A veces un gesto tan simple como reducir de dos a una
cucharada de azúcar en tu café diario puede resultar mucho más efectivo que
pasarte a la sacarina durante el mes que hagas dieta.
No eres una quinceañera
A medida que
envejecemos perdemos masa muscular. Se llama sarcopenia y se traduce en que con
el paso de los años podemos llegar a perder alrededor de un 8% por década.
“Esto hace que se reduzca nuestro metabolismo y puede hacer más difícil que
consigamos perder peso”, comenta la doctora.
“Las mujeres
adultas, en particular, no se dan cuenta de que por mucho que vayan al gimnasio
si no comen lo adecuado no perderán kilos ni volumen”, continúa Norton.
Pensamos en las proteínas como algo que nos hace engordar, pero en realidad
aumentar su consumo y acompañarlo de ejercicio es la única forma de tonificarlos músculos y conseguir una figura más esbelta. Pero claro, no es magia:
ármate de paciencia y trabaja duro.
Duerme un poco mas
El sueño
puede tener mucha más influencia en lo que pesas de lo que crees. Varias
investigaciones han demostrado que dormir mal una noche hace que al día
siguiente consumamos muchas más calorías, especialmente alimentos grasos y con
altos niveles de azúcar, para conseguir un impulso de energía.
Sentirnos
agotados también influye en nuestro estado de ánimo: nos sentimos tristes,
cansados y desanimados y esto afecta a nuestra fuerza de voluntad que se toma
el día libre para dormitar por las esquinas. Dormir las horas suficientes y
sentirnos llenos de energía impulsará la pérdida de peso y ayudará a que seamos
capaces de no saltarnos la dieta.
En lugar de pensar en lo que comes, piensa en cuándo, dónde y por qué lo comes
Comidasaludable, pero envasada
“Con tanta
gente intentando comer más sano, las compañías de alimentos y comercializadores
han tomado buena nota y lo han utilizado para hacer sus productos más
atractivos etiquetándolos como si fuesen alternativas saludables. Esto está muy
bien cuando sí lo son, pero muy a menudo la terminología o las imágenes que
ponen para que creamos que son productos súper sanos no son más que un engaño”,
advierte Norton.
Las barritas
de muesli, algunos zumos de frutas, determinados cereales o ensaladas bañadas
en sabrosas salsas, en realidad pueden estar llenos de azúcares y calorías
extra. El problema es que, como han demostrado varios estudios de mercado,
cuando pensamos que algo es sano tendemos a comer más cantidad, y ante estas
engañifas no es una buena idea. Cuando vayas a hacer la compra evita dejarte
llevar por las fotos y eslóganes saludables y procura consumir productos
frescos que tu mismo cocines y no alimentos envasados y procesados.
Vives
estresado
Cuando
estamos nerviosos y tensos nuestro cuerpo nos pide consumir más alimentos
grasos y azucarados porque éstos activan las zonas de placer de nuestro cerebro
y nos hacen sentir mejor. No sólo eso, el cortisol, una de nuestras hormonas
del estrés, es uno de los culpables de que acumles grasas porque impulsa el aumento
del peso alrededor de nuestra cintura…
“Sé que
eliminar el estrés de nuestras vidas por completo es casi un caso imposible,
pero llevar a cabo simples hábitos que ayuden a minimizar los niveles de estrés
podrían ser la clave para ayudarnos a bajar de peso”, explica la doctora.
Las dietas
rápidas no funcionan
“Lo he visto
una y otra vez”, relata Norton, “mujeres y hombres que se hacen la cirugía a la
desesperada para bajar de peso después de haber hecho durante años una dieta
detrás de otra. Cada vez que fallan con otro régimen de choque o solución
rápida, terminan sintiéndose deprimidos y decepcionados consigo mismos como si
fuese culpa suya y su fuerza de voluntad les defraudase otra vez... Lo digo
siempre: las dietas milagrosas simplemente no funcionan”.
La pérdida
de peso duradera no suele pasar de la noche a la mañana. Adelgazar unos kilos y
no recuperarlos al poco tiempo es algo que implica tiempo, esfuerzo y trabajo
duro, pero, especialmente, un cambio en tus hábitos y tu mentalidad. “Recuerda,
adelgazar es un maratón, no un sprint”, sentencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario